Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1869-1871 (Cortes Constituyentes de 1869 a 1871)
Sesión: 4 de diciembre de 1869
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Herrero
Número y páginas del Diario de Sesiones: 175, 4.532, 4.533
Tema: Preguntas al Sr. Herrero, sobre el gobernador de Valladolid

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): Varias preguntas ha tenido la bondad de dirigirme el señor Herrero.

A la primera no puedo contestar a S. S., porque no tengo detalles ni noticia alguna de la conducta que el gobernador de Valladolid haya observado con algunos periódicos. Atendiendo, sin embargo, a los antecedentes de ese señor, creo que habrá cumplido con la ley, y que no habrá faltado a su deber. Cuando el Sr. Herrero quiera podrá examinar aquí la conducta de ese gobernador con la prensa; y si merece censura, la tendrá por parte del Gobierno, así como su aprobación en caso contrario.

La segunda pregunta se reduce a saber si el Gobierno tiene noticia de las arbitrariedades cometidas por el gobernador de Valladolid tocante a la destitución de ayuntamientos. El Gobierno no tiene noticia alguna de esas arbitrariedades; sólo sabe que el gobernador ha procedido como debía. El Sr. Herrero ha citado el ayuntamiento de Rioseco, y yo debo decir lo que con este ha pasado. El ayuntamiento de Rioseco, como algunos otros de aquella provincia, estaba compuesto en una gran parte de republicanos de la misma; y Valladolid, que es una provincia tranquila, pacífica y laboriosa, estaba perturbada por ciertos elementos que había en las corporaciones populares. Una de estas es la de Rioseco; y era necesario tomar una determinación: el gobernador la tomó, y al efecto procedió con todo el tacto con que deben proceder las autoridades; se dirigió al alcalde de dicho pueblo, pidiéndole antecedentes de los individuos que constituían aquella corporación, y éste les dijo que de catorce individuos que la componían, siete eran republicanos. El gobernador entonces, atendiendo a la debilidad en la totalidad de ayuntamiento de Rioseco, acordó destituirlo; lo reemplaza por individuos, que no eran republicanos, de la corporación anterior, y lo completó con las personas que tuvo por conveniente. El resultado de esto fue que dejó a casi todos los individuos, que no eran republicanos, de la corporación anterior, y que además nombró de entre ellos los alcaldes primero y segundo. Yo sé esto bien, porque si no todos, en su mayor parte, los individuos que quedaron en esa corporación son amigos particulares y políticos míos. Pues bien, estos señores no se conformaron con esto. A pretexto de que no había entrado en el nuevo ayuntamiento un individuo más de los que constituían el anterior, hicieron dimisión del puesto que el gobernador les confiara en momentos críticos y de peligro para la provincia; el gobernador no se la quiso aceptar por de pronto, y eso que era una dimisión que no estaba escrita con todo el respeto y acatamiento con que siempre deben los ciudadanos dirigirse a las autoridades, siquiera los primeros tengan razón y los segundos no.

El gobernador entonces me consultó a mí; pero yo contesté simplemente: " Cumpla Vd. con su deber: " y después de haber esperado tres días a que esos señores volvieran en sí y retirasen la dimisión, se la aceptó. Se han presentado después en queja a mí; son amigos míos, he dicho antes, y es posible que lo sean más que del señor Herrero; es posible que yo conozca mejor que S. S. los sacrificios que han hecho en aras de la libertad: pero eso no obsta para que yo les haya dicho que no tenían razón, y para que no se la haya dado porque no la tienen. ¿Creían que el gobernador no había procedido bien? Pues tenían expedito el camino; podían haberse dirigido en buenos términos al gobernador, haciéndole presente que se cometía una injusticia con aquel individuo que dejaba de entrar en aquella corporación; y si el gobernador no les oía, todavía les quedaba el recurso de dirigirse a mí como Ministro, a la par que como amigo particular y político suyo.

Yo creí, y sigo creyendo, que el gobernador, lejos de dar lugar a que hubiesen venido en alzada a mí, habría atendido las justas reclamaciones de esos señores: pero en lugar de eso; en vez de exponer, como convenía, al gobernador la injusticia que pudo haber cometido, y que a mí no me consta, al nombrar solamente seis individuos del ayuntamiento anterior en vez de los siete que ellos querían, obraron como dejo manifestado.

Ahora bien: ¿cree S. S. que es bastante razón esta para que en momentos críticos, en circunstancias graves en épocas de peligro, los hombres que se dicen amantes y defensores de la libertad se dirijan al gobernador en términos violentos y le digan: "Ahí dejamos ese puesto de confianza, no lo queremos; has nombrado a seis en vez de siete; ahí dejamos además las plazas de primero y segundo alcalde, que es lo importante en los ayuntamientos? Pues sucedió lo que no podía menos de suceder: el gobernador me expuso lo que pasaba; y yo, a pesar de que aquellos señores eran amigos y correligionarios míos, creí que antes que progresista y amigo particular de esos señores, era Ministro de la Gobernación, ¡formaba parte del gobierno: como tal debía proceder, y contesté al Gobernador lo que he dicho antes: " cumpla Vd. con su deber. "

Esa es la arbitrariedad que ha cometido el gobernador [4532] de Valladolid con el ayuntamiento de Rioseco: nombrar para aquel ayuntamiento (porque allí no hay demócratas, sino progresistas de unión liberal o moderados), nombrar, repito, por mitad a personas de la unión liberal y progresistas, dando además a estos las plazas de primero y segundo alcalde. Y cuando hacia eso el gobernador de Valladolid, a quien algunos progresistas no miran bien porque procede de la unión liberal; cuando el ayuntamiento de la capital, que era todo republicano, lo reemplaza con un ayuntamiento compuesto todo de progresistas; cuando sólo dos ayuntamientos de la provincia de Valladolid se han renovado, y el da la capital, el más importante, se ha sustituido con progresistas y el de Rioseco por mitad de unión liberal y de progresistas, " ¿puede decirse que el gobernador de Valladolid ha sido arbitrario y no ha atendido al partido progresista en la renovación de ayuntamientos? Comprenda el Sr. Herrero que el cargo no es justo.

La tercera pregunta que ha hecho S.S. consiste en los premios que el gobernador haya podido imponer a los pueblos por los atrasos que tienen en el pago de los maestros. Sobre esto yo no puedo decir nada a S.S., porque aquel gobernador, como todos los de España, procede en este asunto por excitación del Ministerio de Fomento. Todos los Sres. Diputados saben el estado en que se encuentran algunos maestros, que tienen hasta qua pedir limosna; y eso, aparte de la injusticia que envuelve, es un desdoro para nuestro país. Pues bien, el Ministerio de Fomento, en cumplimiento de su altísima misión, excita lo gobernadores para que por todos los medios posibles paguen los pueblos a los maestros, los cuales no han de morirse de hambre, y los gobernadores apelan a aquellas medidas más conducentes al efecto. Yo no tengo noticia de las medidas, en particular, en detalle, que el gobernador de Valladolid haya podido tomar con este motivo. De esto más bien podrá estar enterado mi compañero el Ministro de Fomento, quien podrá en todo caso contestar a S. S. Yo lo que podré decir es que me enteraré de las medidas tomadas por el gobernador de Valladolid respecto de este particular, y si hubiera alguna cosa que estuviese dentro de la ley o alguna disposición anómala hasta la arbitrariedad, el Ministro de la Gobernación procurará remediarla; pero repito que en detalle el Ministro de la Gobernación no sabe nada, y que la conducta del gobernador en este punto ha de obedecer a excitaciones del Ministerio de Fomento. No tengo más que decir.

El Sr. HERRERO: Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: ¿Para qué, Sr. Diputado?

El Sr. HERRERO: Para dar las gracias al Sr. Ministro de la Gobernación por su deferencia al contestarme, y para anunciarle una interpelación acerca de los hechos que han motivado las preguntas.

El Sr. Ministro de la GOBERNACIÓN (Sagasta): Si el Sr. Herrero tiene interés en tratar esta cuestión en el mismo día yo no tengo inconveniente; estoy a su disposición.

(Habla el Sr. Herrero.)

El Sr. Ministro de la GOBERNACION (Sagasta): Yo, en obsequio de la amistad que me une con el Sr. Herrero, estoy a disposición de S. S., y lo dejo la elección del día.



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